En mayo unos 650,000 trabajadores recibían ayudas sociales a través del programa FASE, un número que equivale a la cuarta parte de la población ocupada en el país.
El gasto mensual superó los 6,100 millones de pesos en ese mes, un esfuerzo del gasto público que el gobierno ha destacado. Pero el sacrificio no parece estar a la altura del que han hecho otros países de la región.
Comparado con otras naciones de América Latina y el Caribe, los esfuerzos fiscales de República Dominicano son de los más bajos, y representan apenas un 0,7% del Producto Interno Bruto (PIB), según señaló la Cepal en su más reciente informe. En el reporte señalan que solo Haití tiene un menor esfuerzo fiscal que República Dominicana.
El Salvador, Chile y Perú son las naciones que más porcentaje de su PIB nacional han destinado a la atención de los efectos de la pandemia, en niveles que oscilan entre un 11.1 y 4.8 %.
República Dominicana, además del pago de subsidios sociales como FASE y Quédate en Casa, ha aplicado medidas tributarias de alivio para evitar un mayor colapso de su economía, que en abril retrocedió un 27 % debido a los efectos de las medidas para evitar la propagación del COVID-19.
Los esfuerzos del país, que ha visto caer fuertemente sus ingresos debido al parón de actividades de dos meses debido al confinamiento, han sido más hacia el acceso a financiamiento externo. Es así como, según la Cepal, República Dominicana ha solicitado unos 800 millones de dólares a los organismos internacionales para atender su situación financiera. El monto equivale a un 0.9 % del PIB dominicano.
El Banco Central de República Dominicana indicaba este lunes en un documento público que la política fiscal “ha jugado un rol importante en moderar la caída del consumo y preservar el empleo y los salarios de los trabajadores formales mediante la implementación de los programas FASE I y II, y de los trabajadores independientes a través del programa Pa’ Ti, así como mediante la ampliación de los programas de asistencia condicionada bajo la sombrilla del programa Quédate en Casa”. Esos programas fueron extendidos en duración más allá de lo previsto inicialmente.
El Banco Central aseguró que los esfuerzos realizados “tanto en términos fiscales, como monetarios y financieros, para aliviar la carga de los hogares y empresas dominicanas, han sentado las bases para recuperar la confianza y lograr un despegue de la economía”, por lo que espera una recuperación para 2021.
Ante el cambio de gobierno que se cristalizará el próximo 16 de agosto, el emisor recomendó no eliminar las medidas aplicadas para atajar la crisis. “Mientras dure la amenaza de recesión con sus secuelas de pérdida de empleo, caída del ingreso y aumento de la pobreza, debemos mantener vigente la receta keynesiana de una política económica expansiva que nos permita lograr un crecimiento sostenido y revertir esas condiciones que tanto afectan a los sectores de menos recursos”, puntualizó.