La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings estima que la economía dominicana retrocederá este año 5 % debido al efecto de la pandemia del COVID-19, al tiempo que prevé un deterioro del crédito bancario.
En un encuentro virtual, la firma internacional señaló que los factores que más inciden en la previsión son un posible incremento de los contagios del nuevo coronavirus, así como la dependencia del sector turismo y de las remesas familiares “que son un canal que transmite el choque económico de Estados Unidos a la región”, dijo Carlos Morales, director de Calificaciones Soberanas de Fitch Ratings.
Agregó que el cambio de gobierno, que se concretará el próximo 16 de agosto, será tomado a efectos de mejoras o desmejoras del panorama económico de acuerdo al resultado fiscal que se observe tras la crisis, o si se presenta un impulso fiscal que pueda deteriorar aún más la posición del gobierno, pero no por el cambio político en sí.
Por su parte, Larisa Arteaga, jefa de la División de Fitch Ratings para República Dominica, Ecuador y Bolivia, dijo que la banca dominicana llegó a la pandemia con “un perfil financiero muy sólido, apoyado por una economía muy pujante que ha mitigado el impacto de la crisis”.
Adicionalmente, dijo, las autoridades y los reguladores han aplicado medidas para facilitar la liquidez de la banca, lo que contribuyó a la expansión del crédito privado en el primer semestre. No obstante, en contraste el crédito a través de tarjetas de crédito se ha contraído un 10 % en ese periodo, lo que revela el impacto de la crisis por el COVID-19 en el bolsillo de las familias.
Ello, consideró Arteaga, terminará por golpear la calidad de la cartera de créditos de la banca. “Se evidencian los primeros signos de deterioro”, dijo, si bien reconoció que se aplican medidas regulatorias que permiten las reestructuraciones de deudas sin consecuencias.
Agregó que los deterioros de las carteras de préstamos “han sido moderados, pero se agravarán a fines de año o a inicios de 2021”.
La jefa de Fitch dijo que las medidas aplicadas en cuanto flexibilidades para los bancos dan un alivio, pero solo retrasan el aumento de la morosidad.
Recordó que un 30 % de la cartera se sostiene en el crédito al consumo, que está siendo impactado dado el menor nivel de ingresos de los hogares dominicanos.
“En la medida en que hay mas pobreza y desempleo, claramente las personas tienen menos capacidad de saldar sus deudas. Esto va a subir la morosidad y ya lo estamos viendo”, señaló.