El déficit en el comercio exterior de bienes y servicios de Estados Unidos subió un 18.9 % y se ubicó en 63,600 millones de dólares en julio como reflejo del renovado apetito de los consumidores por artículos importados, al tiempo que las exportaciones subieron levemente, informó este jueves el Departamento de Comercio.
En junio el déficit había sido de 53,500 millones de dólares y, con el empujón de julio, el saldo negativo en la balanza comercial estadounidense ha acumulado 354,900 millones de dólares, comparado con los 348,490 millones de dólares entre enero y julio de 2019.
En lo que va del año las ventas estadounidenses al resto del mundo han disminuido un 20 % y las compras en el exterior han caído un 6 %, según los datos del Gobierno.
En julio el valor de las exportaciones de Estados Unidos subió un 8.1 % a 168,100 millones de dólares, y los sectores con mejores ventas fueron los fabricantes de vehículos automotores, bienes de consumo y suministros industriales. Aún así, las exportaciones siguen por debajo del nivel de los 209,600 millones de dólares alcanzado en febrero antes de la pandemia.
El valor de las importaciones aumentó un 10.9 % a 231,700 millones de dólares con incrementos mayores en las compras de vehículos, suministros industriales, bienes de capital y artículos de consumo como los teléfonos celulares y los muebles fabricados en el exterior.
El dato de julio superó la expectativa de los economistas, que habían calculado un déficit de unos 58,000 millones de dólares, al reactivarse gradualmente la economía y el apetito de los consumidores en medio de la pandemia de COVID-19.
El saldo comercial negativo con China subió de 28,400 millones de dólares en junio a 31,600 millones en julio, para un acumulado de 163,300 millones de dólares en los primeros siete meses del año.
El déficit en el intercambio de bienes y servicios con México pasó de 10,000 millones de dólares en junio a 10,640 millones en julio, y ha sumado 55,661 millones de dólares de enero a julio.
Por su parte, la balanza comercial con la Unión Europea registró en julio un déficit estadounidense de 15,700 millones de dólares, después de uno de 14,000 millones el mes anterior, para un total de 97,970 millones de dólares desde comienzos del año.
El intercambio internacional de bienes y servicios de la mayor economía del mundo disminuyó sustancialmente en la primera mitad del año cuando Estados Unidos y todos sus socios comerciales registraron el impacto de las cuarentenas y otras restricciones mientras aumentaban los casos de coronavirus.
En julio, el valor total del comercio exterior estadounidense, que en febrero alcanzó a 456,285 millones de dólares, disminuyó en los tres meses siguientes hasta una suma de 341,463 millones de dólares en mayo, y se ha recuperado a los 399,754 millones de dólares en julio, según las cifras del gobierno.
El incremento del déficit en julio muestra un mayor entusiasmo en la demanda por artículos y bienes extranjeros y un aflojamiento de las restricciones sobre las actividades comerciales en todo el país.
El sector manufacturero de Estados Unidos recibió en julio el ímpetu de la demanda acumulada durante los meses de cuarentena más estricta, y los pedidos a las fábricas crecieron por segundo mes consecutivo un 6.4 %, en tanto que los pedidos de bienes duraderos subieron un 11.2 % sobre el mes anterior.
La economía de Estados Unidos cerró el primer trimestre del año con un descenso anualizado del 5 %, la mayor caída de la actividad en el país desde la crisis financiera del 2008, por el impacto de la pandemia del coronavirus en el gasto privado, la disminución de las exportaciones y el hundimiento de inversiones de capital privado.
En su tercer y último reporte sobre la evolución del producto interior bruto (PIB) entre enero y marzo el Departamento de Comercio estadounidense mantuvo su anterior cálculo de una tasa anual del -5 %, una disminución mayor que la caída del 4.8 % estimada hace dos meses en su primer análisis.
Este informe confirmó que EE.UU. se ha anotado su mayor descenso trimestral desde el derrumbe del 8.4 % en el cuarto trimestre de 2008, registrado durante la Gran Recesión de 2007 a 2009.
La pandemia obligó a miles de empresas a cerrar o restringir severamente sus actividades para frenar la propagación del virus, lo que llevó el índice de empleo al 14.7 %, una cifra récord, aunque ahora se encuentra en el 13.3 %.