¿Cuánto tiempo más cree que sobrevive en el refrigerador una libra y media de queso que una sola libra? La experiencia demuestra que las dos medidas se terminan al mismo tiempo. Mientras más queso hay, más queso le ponemos a lo que comeremos (aunque menos sea más que suficiente). Y mientras queda, más pellizcos damos cuando abrimos la nevera.
El mismo efecto ocurre con nuestro dinero. Cobramos y estamos gastando mientras haya dinero disponible. Si agregamos los medios de financiamiento a nuestra mano (como la tarjeta de crédito), desgraciadamente el efecto aumenta.
¿Alguna vez ha comprado un pedazo grande de queso? De esos que son una bola, por ejemplo. Las primeras lonjas que rebanamos son bien gorditas. Al quedarnos pocos centímetros comenzamos a sacar lonjas de poco grosor. Exactamente igual que con nuestro dinero disponible, una vez se reduce comenzamos a medir nuestros gastos.
¿Qué pasa si sabemos que hay otra bola nueva de queso esperando? Inmediatamente las lonjas no conocen economía. Lo mismo hacemos cuando se nos está acabando el dinero y nos viene a la mente que podemos posponer el dolor al hacer el pago con una tarjeta.https://0fe7313089ee44de66ce9b4dc56c9fe7.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Está bueno de queso, vamos a las soluciones para los que sienten que no tienen el control o les falta dinero en el mes, o mejor dicho, les sobra mes para el dinero que tienen:
– Guarde dinero en una cuenta que no le sea fácil sacarlo. Recomiendo de un 10% a un 15%. Ese será su ahorro y debe ser automático. Dígale a su banco que desde que usted cobre se lo saque de la cuenta y lo ponga en otra… nunca de lo que sobra. Sí, eso ayuda a cortar el desperdicio porque tendrá menos dinero disponible para gastar.
– Utilice tarjeta de débito. La de crédito sólo sáquela en emergencias. Gastará de lo que ya trabajó y no de lo por trabajar. Cuanto menos quede en la cuenta o mientras más tiempo falte para rellenarla más grande será el ahorro de desperdicio.
– Cuando vaya a comprar algo piense: ¿Qué pasa si no lo compro ahora? Si la respuesta es nada, entonces sabrá que sería un escape en su presupuesto.
Con estas tres pautas podrá controlar gran parte de sus escapes. En mi libro Arco Iris Financiero podrá encontrar más ideas y, sobre todo, dogmas asertivos para no tener que usar el método de reducción de gastos, sino de aumento de calidad de vida.
Enseñarles a nuestros hijos a actuar de esta manera es uno de los mejores legados que podemos darles… aunque sea en el futuro le aseguro que lo agradecerán.
El desperdicio tiende a ser sinónimo de abundancia; tomar medidas hace que aprovechemos nuestros recursos. ¿Se atreve a tomar medidas en el día de hoy que le lleven a tener más por desperdiciar menos?
Fuente: Diario Libre